Sidra
Junto con el vino y el champán, la sidra es la bebida más importante de Francia. De origen Mediterráneo: griegos y hebreos hacían una bebida fermentada a base de manzanas, agua y miel. En época galo romana pasó a través del País Vasco hacia el norte como una fuente de vitaminas para luchar contra el escorbuto. En la edad media es cuando llega a Normandía y Bretaña. Con la mejora de la prensa de piedra, en el s. XV, la sidra se populariza en Francia.
Actualmente Francia es el 2º productor mundial de sidra del mundo tras Gran Bretaña. Las principales zonas productoras son Normandía y Bretaña el 90 % de la sidra francesa se produce allí.
La sidra francesa, a diferencia de la española, tiene un color ámbar profundo, una carbonatación más agresiva que le proporciona un sabor más sutil y menos fuerte y un dulzor más marcado que se consigue mediante un proceso llamado keeving que consiste en una fermentación encimática más lenta al realizarse en un contenedor cerrado. No expulsa nada ni se rellenan los toneles. Este dulce es a menudo equilibrado con una sólida estructura de taninos y ácido producido por la mezcla de manzanas tipo bittersharp y agridulces.
La sidra puede ser seca, semi seca o dulce. La diferencia entre la sidra seca (brut) o dulce (doux) proviene de la fermentación que cambia el grado de alcohol y su gusto. La sidra dulce fermenta menos tiempo que la seca. Por debajo de 3º de alcohol, se considera sidra dulce y por encima se considera seca o semi seca. La sidra dulce es más ligera y tiene un sabor a manzana más pronunciado y se consume generalmente con los postres, mientras que la seca se toma con los platos salados.
Habitualmente se toma en las casas y en las creperías tanto con las galettes saladas como con los crêpes dulces. Aunque también se utiliza para acompañar un plato o en salsas, especialmente los basados en la carne de cerdo, pollo y conejos. También se utiliza para tomarla con pescado, marisco (mejillones y ostras) y, por supuesto, en cócteles y con postres. Esta sidra no se escancia ni se bebe de pie y se toma en un recipiente de cerámica llamado bolée.